En la historiografía venezolana, muchos personajes de la gesta de independentista pasaron a la posteridad por sus grandes hazañas y proezas, pero también por otras cosas un tanto extrañas, entre ellos tenemos al General Antonio Nicolás Briceño, que se ganó desde muy niño el apodo de El Diablo Briceño.
Antonio
Nicolás Briceño, nación en el pueblo de Mendoza, actual estado Trujillo el 29
de abril de 1782, su padre, Antonio Nicolás Briceño Quintero “el abogado” por
ser el primer abogado en establecer un bufete en esa localidad y Francisca Briceño Pacheco, durante su
infancia tuvo un gran talento para lo
s actos sacramentales pero uno en
particular le dio el apodo que lo marcó para toda la vida y pasó a la historia
de Venezuela con ese nombre y es el papel de Diablo, estudió en Mérida y
Caracas donde se graduó en derecho civil y canónico, como político, fu elegido
como diputado por la Provincia de Mérida al congreso de 1811, donde aparece como firmante
de Acta de la independencia, de férreo carácter, este prócer trujillano caída la
primera República se refugia en Curazao donde luego vuelve a Venezuela para
comandar una tropa liderada y financiada
por él, pero a las órdenes de Bolívar para hacerle frente a los realistas, durante su
campaña, decretó un sistema poco convencional e inhumano para el ascenso
militar y era por la cantidad de cabezas de españoles que le trajeran, quedando
de la siguiente manera en una carta enviada al Coronel Neogranadino Manuel del
Castillo: Se considera mérito suficiente para ser premiado y obtener grados en el
ejército, presentar un número de cabezas de españoles europeos, incluso los
isleños, y así el soldado que presente veinte será ascendido a Alférez vivo y
efectivo; el que presentare treinta, a Teniente; el que presentare cincuenta, a
Capitán, etc.
Otra
de sus maneras de promover le temor de los españoles sean estos partidarios o
no de la causa patriota es el escribir las cartas a Bolívar y otros comandantes con la sangre de los mismos. Durante
la vigencia del Decreto de Guerra a Muerte, este mediante carta a Del Castillo en Cartagena de
Indias escribió lo siguiente: Como esta guerra se dirige en su primer y
principal fin a destruir en Venezuela la raza maldita de los españoles europeo,
incluso los isleños, quedan por consiguiente excluidos de ser admitidos en la
Expedición por patriotas y buenos que parezcan, puesto que no debe quedar uno
solo vivo, y así por ningún motivo y sin excepción serán rechazados.
Cuando
se disponía a reunirse con sus familiares los Briceño Angulo en Barinas, este
se vio traicionado y los realistas al Mando de José Yáñez lo captura y mediante
juicio militar es condenado a muerte por fusilamiento por crímenes contra la
corona, hecho ocurrido el 15 de junio de
1813, donde horas antes desde el calabozo gritaba: fusílenme pronto para no sufrir
por más tiempo a los tiranos de la patria.