sábado, 24 de febrero de 2024

"EL DIABLO" Antonio Nicolás Briceño

  En la historiografía venezolana, muchos personajes  de la gesta de independentista pasaron a la posteridad por sus grandes hazañas y proezas, pero también por otras cosas un tanto extrañas, entre ellos tenemos al General Antonio Nicolás Briceño, que se ganó desde muy niño el apodo de El Diablo Briceño.

Antonio Nicolás Briceño, nación en el pueblo de Mendoza, actual estado Trujillo el 29 de abril de 1782, su padre, Antonio Nicolás Briceño Quintero “el abogado” por ser el primer abogado en establecer un bufete en esa localidad  y Francisca Briceño Pacheco, durante su infancia tuvo un gran talento para lo
s actos sacramentales pero uno en particular le dio el apodo que lo marcó para toda la vida y pasó a la historia de Venezuela con ese nombre y es el papel de Diablo, estudió en Mérida y Caracas donde se graduó en derecho civil y canónico, como político, fu elegido como diputado por la Provincia de Mérida  al congreso de 1811, donde aparece como firmante de Acta de la independencia, de férreo carácter, este prócer trujillano caída la primera República se refugia en Curazao donde luego vuelve a Venezuela para comandar  una tropa liderada y financiada por él, pero a las órdenes de Bolívar  para hacerle frente a los realistas, durante su campaña, decretó un sistema poco convencional e inhumano para el ascenso militar y era por la cantidad de cabezas de españoles que le trajeran, quedando de la siguiente manera en una carta enviada al Coronel Neogranadino Manuel del Castillo: Se considera mérito suficiente para ser premiado y obtener grados en el ejército, presentar un número de cabezas de españoles europeos, incluso los isleños, y así el soldado que presente veinte será ascendido a Alférez vivo y efectivo; el que presentare treinta, a Teniente; el que presentare cincuenta, a Capitán, etc.

Otra de sus maneras de promover le temor de los españoles sean estos partidarios o no de la causa patriota es el escribir las cartas a Bolívar y otros  comandantes con la sangre de los mismos. Durante la vigencia del Decreto de Guerra a Muerte, este  mediante carta a Del Castillo en Cartagena de Indias escribió lo siguiente: Como esta guerra se dirige en su primer y principal fin a destruir en Venezuela la raza maldita de los españoles europeo, incluso los isleños, quedan por consiguiente excluidos de ser admitidos en la Expedición por patriotas y buenos que parezcan, puesto que no debe quedar uno solo vivo, y así por ningún motivo y sin excepción serán rechazados.

Cuando se disponía a reunirse con sus familiares los Briceño Angulo en Barinas, este se vio traicionado y los realistas al Mando de José Yáñez lo captura y mediante juicio militar es condenado a muerte por fusilamiento por crímenes contra la corona, hecho ocurrido el 15 de junio de  1813, donde horas antes desde el calabozo gritaba: fusílenme pronto para no sufrir por más tiempo a los tiranos de la patria.